Yo soy de los que le voy a dar al «fav», me moría por tenerlo y nunca llegó a mi hogar. El asqueroso de mi vecino, el Junior, lo tenía todo porque sus padres estaban separados. ¡Mardito roedor!
Porque conducir un coche con el volante dentro de la carrocería es demasiado mainstream, mejor poner el volante en el propio capó y moverse por la ciudad con la cabeza al aire…