Pues eso, ¡que le den a la dieta! (aunque sólo sea un día…) Tanto street marketing y tanta leche y no hay nada como una buena chica vintage para que te diga lo que es una verdad y lo que es la belleza de las curvas.
Decidido, este verano monto un puesto tan cuqui y tan vintage como este en el que se diversifica el negocio y ofrecemos limonada casera, tatuajes (calcamonías, en su defecto) y galletas para perros, que no se diga que no tengo visión empresarial.