Por si no sabéis lo ridículo que estáis cuando hacéis fotos a la comida para subirlas a Instagram, aquí tenéis una foto de cómo se os ve desde fuera. Ridículo a más no poder. Otro día, la de los pies en la playa, con las que me entra la vena sádica de Game of Thrones y me entran ganas de amputar miembros del cuerpo a destajo. Y eso es así.