Para ser hipster solo necesitas dos cosas: una fregona que acaba de fregar una mancha de tinta negra y las gafas con nariz típicas de Carnvaal et voila! Congratulations, now you’re a hipster!
Modera tu excesividad vintage, dado que si te pones todo lo que encuentras en una tienda de ropa usada corres el peligro de parecerte a la protagonista de cualquier película de serie B de los años 80. Por ejemplo: «Al ataque Ninja Kids».