Siguen los leggins, las zapatillas victoria, las cazadoras de cuero, el pelo ondulado y mucho más, tal y como lo avecinaban las moteras de Ángeles del Infierno en los 70. Guapas, con carácter y malotas, como nos gustan.
Comparado con los bikinis tan feotes que nos ponemos ahora las chicas, por no hablar de los trajes de neopreno que destrempas a 50 km de distancia, esto es gloria bendita.