Recordad que tres veces al día tenéis que tener vuestro momento de oración hipster, recitando una canción de Sigur Ros como si fuese un mantra y con las manos en forma de triángulo mirando hacia vuestra meca, Williamsbourg, Brooklyn, NY.
Modera tu excesividad vintage, dado que si te pones todo lo que encuentras en una tienda de ropa usada corres el peligro de parecerte a la protagonista de cualquier película de serie B de los años 80. Por ejemplo: «Al ataque Ninja Kids».