Grande esta viñeta de The New Yorker. En ella se ve a un hipster que dice, ante el ataque de unos bandoleros del siglo XIX – principios del XX: Espera, no soy un Hatfield ni un McCoy. Soy de Brooklyn. Es que son el hazmerreír de New York, en serio.
Según lo que he podido entender, parece ser que quieren hacer una especie de hermanamiento entre modernos y Hasidic (miembros de una rama del judaísmo) que llevan barba. Ay, que me quedo mueeerrta.
Algún cliente de este bar en Brooklyn parece ser que está un poquito harto de los hipters y ha declarado que los viernes, de 11 de la mañana a 7 de la tarde, el Happy Hour pase a ser la «hipster killing hour», es decir, la hora de matar a los hipsters. Yo no digo ná pero esto acaba en algo nazi.