Ni por orden alfabético, ni por países, ni por géneros literarios… en casa del hipster los libros se organizan según el color de su portada, ¡faltaría!
En Villa Hipster sí que hay calidad de vida, que la fachada de la biblioteca esté pintada con lomos de novelas como si fuese una estantería de una librería ya es de tener Class. Viva la intelectualidad!