Y esta es la maravillosa historia del unicornio que decidió salirse del camino que le marcaba el carrusel y convertirlo en una barra americana porque es fabuloso y sexy.
Tatuarse la barra de herramientas del Photoshop en el antebrazo creo que es pasarse por el amor al diseño y al retoque fotográfico… Tendrá la del Illustrator en el otro brazo? Ay, qué chicas más modernas.