Fíjate sólo en el chico del centro de la fotografía: su pelo, su rebequita jaspeada, su camiseta, sus gafas de sol, su cámara en mano… ¿No parece sacado de hoy mismo en vez de 1940? Alucinante.
Ejemplo del típico coffee shop de hipster donde los baristas (que no camareros) preparan sus cafés especiales para nada mainstream vestidos de periodista pobretón de los años 30-40.