Bueno, no pasa nada, que este musical es todo ironía porque las gafas de pasta que lleva son del cine 3D, el gorro y la camisa de cuadros de franela es prestada y el ukelele con estampado popero sixtie… pues también.
Y esta es la historia del oso hipster que tocaba, con mirada triste al infinito, canciones de amor con un ukelele enfundado en su jersey de lana, que no le hacía mucha falta puesto que tenía un pelaje y una capa de grasa corporal considerable, pero bueno.