Mira, Olivier Giroud, ese futbolista francés, está de toma pan y moja y remoja, pero cuando empieza con estos estilismos de colegial hipster o cantante de ACDC versión alto y guapo es que no puedo con él.
Eso de pasota me ha quedado muy como de mi madre, pero llevar una camiseta que diga «Ni siquiera me mires» es para darte dos collejas, eso sí, sin mirarte.